Los zombis existen y son caribeños
¿Sabías que los zombis existen? Pues sí, en realidad existe una especie de zombis, cuya muerte fue simulada, mediante una especie de droga. Cuando regresan a la vida deben hacerlo como esclavos. Esta práctica es común en Haití, un fenómeno que representa un entierro simbólico.
En el último siglo, se han presentado reportes en Haití sobre personas que se creían muertas y que luego habían reaparecido.
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¿Es cierto que existen los zombis haitianos?
Seguramente has visto a los zombis solo en películas de Hollywood, una total fantasía. Sin embargo, la realidad de Haití es muy diferente, se trata de los verdaderos zombis. Aquellas personas que estaban vivas durante sus funerales.
Se trata de una práctica ilegal, que intenta sustituir la justicia humana, concediendo un destino peor que la muerte. Son seres que son convertidos en cuerpos sin espíritu, sin voluntad, sin la capacidad de decidir.
Esta metodología es más frecuente de lo que imaginamos. Es muy común en Haití, pero no se practica en ninguna otra parte del mundo.
Las leyes haitianas lo catalogan como un envenenamiento, y corresponde a penas de cárcel. Pero esto no ha sido suficiente para que las sociedades secretas, conocidas como les Cochons gris, Chanterelle ou Bizangos, sigan tomando la justicia por sus propias manos.
Muchos haitianos suelen recurrir a estos grupos para deshacerse de personas por la cual la justicia no actúa, por ejemplo; ladrones, violadores, asesinos, entre otros seres indeseados de la sociedad.
Los miembros de los grupos son llamados ‘bokor’ y se han dado casos donde solo por deseos de venganza, se aplica la práctica.
La tetrodotoxina y la condena
Algunas personas, antes de pasar a ser zombis, son anunciadas ante un tribunal. Allí se les explica cuál será su futuro. En otros casos, cuando son casos privados o que obedecen a venganzas, la víctima no es anunciada, solo se actúa y ya.
Este proceso, en el cual se convierten las personas en zombis, no tiene nada que ver con los típicos virus que vemos en las grandes pantallas. Tampoco es un procedimiento sencillo que requiera la administración de una droga. Para que se dé paso a esta metodología, la víctima debe creer en el fenómeno.
La actuación de la tetrodotoxina resulta fundamental. Se trata de una sustancia que afecta las terminaciones nerviosas. En solo 4 o 6 horas, la persona que lo consume parece estar muerta.
Se observa a un individuo sin movimientos algunos, donde de forma externa se visualiza como fallecido. Sin embargo, en su interior, su respiración es extremadamente ligera, con una temperatura baja y latidos muy lentos del corazón.
Y aunque los signos de una muerte aparente están presentes, la persona está consciente. De hecho, si logran abrirle los ojos, esta persona observa lo que está a su alrededor.
¿Qué pasa luego del entierro?
Los servicios fúnebres de la persona transcurren a entera normalidad. Todos los asistentes lloran la ausencia, “cantan los funerales” y proceden al entierro. Pero esta vez no se realiza el proceso de embalsamamiento.
Seguidamente, en la noche, un brujo, el bokor, y los ayudantes, llamados también los “hombres lobos”, proceden a destapar la sepultura.
El cuerpo del zombi es desenterrado y lo colocan con la cabeza hacia abajo. La finalidad de esta acción es que la sangre fluya hacia el cerebro. Seguidamente, golpean los brazos con la finalidad de contrarrestar la rigidez muscular y los calambres.
Los antídotos que proporcionan representan un papel fundamental, constan de jugo de beleño, otro brebaje es llamado “pepino-zombi”. También, pueden darle datura, todos ellos tienen la finalidad de desactivar la droga suministrada.
Un zombi nuevo en la sociedad
Luego de que es desactivada la tetrodotoxina en la totalidad del cuerpo, es tiempo de darle una nueva identidad al ahora zombi. Pero esta persona no será ni por las sombras la misma que era antes de su juicio. No tendrá libre albedrío, debido a las drogas que se le suministrarán.
Se le proporcionarán benzodiacepinas o barbitúricos, una clase de medicamentos recetados por psiquiatras para obstruir la claridad mental.
Por otro lado, en cuanto a la alimentación, esta suele ser sin sal, ya que se busca desórdenes que amplíen la capacidad del libre albedrío.
Luego de todos estos procesos, ahora la sociedad cuenta con un nuevo zombi, esclavo del mundo. Suelen trabajar en campos o fabricas al lado contrario de la isla. De hecho, algunos “bokors”, los utilizan para cuidar niños y enfermos en sus casas.
Las víctimas se convierten en completos zombis, no deciden por sí mismos, son una completa sombra, unos títeres de la sociedad.
¿Puede un zombi escapar de su suerte?
Aunque no son frecuentes, se han dado casos, como el de Clairvius, un hombre que había sido enterrado 18 años atrás, y luego se encontró con su hermana. Ese caso fue uno de los tantos en Haití de personas que habían sido enterradas, consideradas muertas y luego habían reaparecido, pero esta vez sin la personalidad que los caracterizaba.
También, se han dado casos de personas que, ya sea por omisión del medicamento o consumo de sal, logran escaparse. Al igual que se han presentado oportunidades donde familiares los reconocen.
Si alguien logra salir del estado de zombi, es muy difícil que logre reintegrarse en la sociedad. Estas personas ya pasaron a estar muertos. No obstante, lo que ha pasado es que la familia procede a adoptarlos, darles un nuevo nombre y una nueva oportunidad.
Por otro lado, también surge una lucha mental, ya que estas personas deben pasar por el hecho de que estaban muertas. Fueron persuadidos bajo un contexto cultural de que bajaron a ultratumba.
Hay un síndrome llamado Cotard. Se trata de aquellas personas que están convencidas de que una parte de su humanidad está muerta. Por ejemplo; que su pierna es hueso o su brazo está en necrosis. En este caso, son individuos a las que se ha hecho creer que están muertos y es un ataúd en donde deben estar. Por otra parte también pueden pensar en la resucitación, es decir, murieron y ahora están vivos.
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