Mia Khalifa, la ex pornstar que intenta borrar sus vídeos porno

Mia Khalifa, la ex pornstar que intenta borrar sus vídeos porno

Aquellos que creen que Mia Khalifa era muy feliz con su incursión en el mundo de la pornografía durante algunos meses entre el año 2014 y 2015, han sido víctimas de la misma trampa seductora con la que esta industria la atrapó a ella y a miles de chicas que esperaban algo más del complicado mundo de la pornografía. Te mostramos un poco sobre la vida de la controversial ex pornstar. 

Según la ahora comentarista, los productores de pornografía se aprovechan de las mujeres jóvenes inexpertas que necesitan dinero, validación o simplemente un sentido de pertenencia. La industria utiliza la misma técnica con sus consumidores, proyecta una imagen de un espacio libre donde se desarrollan ilimitadas posibilidades sexuales, bajo los ojos de un espectador que no tiene idea de lo que ocurre tras bastidores. 

Aunque algunos defienden esta industria que teje ilusiones como sinónimo de autonomía sexual, donde los individuos ejercen su derecho a explorar todos los matices del deseo. Para otros, las empresas de pornografía ofrecen trabajo a aquellos que quieren una forma de vida exótica o a los que ningún otro dominio contrataría.  

¿Quién es esta chica?

Sarah Joe Chamoun, cuyo nombre artístico es Mia Khalifa, nació el 10 de febrero de 1993, en el Líbano, exactamente en Beirut. Se mudó al estado de Maryland en los Estados Unidos a los siete años, debido a los graves conflictos en su país natal y fue criada por una familia conservadora en la fe católica, sin embargo, dice que ya no practica esa religión y ninguna otra, a pesar de usar un hiyab en algunas de sus películas.  

Durante su paso por la secundaria vivió maltrato y acoso por parte de sus compañeros, debido a su origen libanés, situación que se originó a partir de los ataques terroristas a las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001. En esa época participó en el equipo de lacrosse. Posteriormente se residenció en Texas para estudiar en la Universidad de Texas, donde se gradúa como licenciada en Historia.  

Realizó algunos trabajos como modelo erótica, pero se hizo famosa por su labor en la industria del cine pornográfico, donde debutó en octubre de 2014 con la productora Score y se convirtió en la modelo para adultos mejor calificada en el sitio online de pornografía, PornHub. Algo que logró en un par de meses y que definitivamente le valió una legión de admiradores.

Mia Khalifa, la ex pornstar que intenta borrar sus vídeos porno

Después de protagonizar un clip en el que realizó un acto sexual mientras usaba un hiyab, la estrella admitió que había recibido amenazas de muerte del grupo terrorista ISIS. Fue acosada en línea por este grupo que le hizo amenazas de decapitación y le enviaron imágenes viles de su ejecución. Esta fue una de las razones que la llevó a dejar la industria para adultos, pero afirma que no permitió que arruinaran su vida.

Luego de haber filmado unas veintiséis películas entre las que se cuentan Big Tit Cream Pie 31, ​ Put It Between My Tits y ​ Temporary Dates 2, Mia decide retirarse de la industria indicando, entre otras cosas, que estaba un poco decepcionada de este mundo sexual que representa solo una faceta de su vida de la que desea alejarse. Retomó en el 2017 para una única escena junto a Tony Rubino, que estaba destinada a la web Bang Bros.

En octubre de 2017, Mia Khalifa anunció que sería co-anfitriona de un programa de entrevistas deportivas que se transmitiría a diario y que llevaría por nombre Out of Bounds, al que renunció unos meses después porque no quería permanecer en Los Ángeles. Participó en quince episodios del programa Sportsball, un podcast que se dedica a los deportes y videojuegos, como comentarista.

Desarrollar una carrera en la industria de la ilusión

En los últimos años, se han producido debates sobre la pornografía, especialmente por la muerte o renuncia repentina de algunas estrellas adultas que encienden controversias. Los desacuerdos de feministas y activistas son constantes, cada vez que una mujer inicia una nueva empresa de pornografía, con el objetivo de crear contenido alternativo para contrarrestar el machismo predominante.

Pero no hay necesidad de largas reflexiones para comprender cuál es claramente la realidad de la pornografía; para aguantar la industria, la mayoría de las actrices adultas se medican o toman drogas. Por lo que algunos artistas optan por renunciar y sobrevivir para contarlo. 

Una de las grandes razones, sus vidas detrás de las escenas de esta industria opaca, donde las mujeres nunca experimentan el placer real, pero se les paga por fingir frente a una cámara que atormenta a muchos de ellos.

Mia Khalifa, que ahora es comentarista de deportes, contó su propia historia en el mundo de la pornografía, aprovechando algunas entrevistas importantes que llevó a cabo y donde dejó entrever que lo que alimenta la pornografía es el autodesprecio. Desmintió el mito de que la pornografía es un medio para la liberación sexual de una mujer, un camino para su independencia financiera o una forma de restaurar la confianza en sí misma.

Khalifa dice que las empresas se aprovechan de las horribles circunstancias sociales y psicológicas de las mujeres para hacerlas firmar contratos injustos. Cuando ella  firmó su contrato se sintió impulsada por una dolorosa necesidad de atraer la atención masculina de la que se había visto privada durante la escuela secundaria y la universidad, debido a su lucha contra el sobrepeso.

Con mucha franqueza, la ex estrella porno saca a la luz el papel que juega la apariencia física en la vida de una joven y que termina siendo una razón clave para ser utilizada sexual y comercialmente. Según lo que relata la artista, ella buscaba un sentido perdido de la feminidad, el halago tan anhelado y que le dijeran que era adorable, deseada y sexy.

Cuando finalmente sucedió, simplemente se aferró a eso, situación con la que muchas mujeres pueden identificarse, pues según Khalifa existe una enorme presión sobre las chicas para que se vean de cierta manera. 

La crisis de la autoconfianza es provocada por diversos factores, desde circunstancias personales hasta una obsoleta maquinaria socioeconómica superficial y destructiva. La estrategia de búsqueda de atención es como una cura venenosa para sus problemas que terminó por empeorar la situación.

Al ingresar al mundo del porno, las mujeres jóvenes sucumben al mismo tipo de presión que generó su miseria. Al complacer las fantasías masculinas, las chicas entran en un círculo vicioso de dependencia que con el tiempo se vuelve más difícil de romper. Hasta que aparece una pequeña arruga o la piel comienza a ponerse flácida y la actriz porno pronto se ve obligada a retirarse. Una nueva estrella llega para reemplazarla.

La dolorosa verdad, según Mía, es que las jóvenes vulnerables están optando por esta falsa solución que las lleva a incursionar en el porno, pues muchos factores les dificulta rechazar las ofertas disponibles en la industria. Para comprobar después, que serán el objeto de desprecio de una sociedad prejuiciosa, mientras que la industria que prospera con su explotación sigue siendo inocente.

La comentarista asegura que muchas mujeres no revelan su historia porque nunca tienen la oportunidad de hablar, además de que temen perder la ventaja financiera que disfrutan, que es absolutamente insignificante en comparación con los miles de millones de dólares que la industria y sus sitios agregados, como Pornhub, obtienen de esos videos y lo más probable es que continúen haciéndolo en los próximos años.

Mia Khalifa, se dio cuenta de que la atención no se detiene por mucho tiempo en una estrella de la pornografía, porque es falsa, conclusión a la que llegó a pesar de todo lo que intentó hacer para normalizar el abuso al que son sometidos este tipo de artistas y el estigma social, que no les permite tener una segunda oportunidad, un nuevo comienzo.

La artista explica que, aunque fue su elección realizar trabajos de este tipo, es importante informar y proteger a otras chicas antes que caigan en la trampa de la industria de la pornografía, donde ellos se llevan gran parte de las ganancias y a las estrellas le dejan sólo migajas. En su caso, sus videos generaron millones de dólares y ella únicamente recibió unos doce mil dólares por ellos. 

Algunas personas piensan que la pornografía rompe tabúes y promueve la educación sexual, además que el sexo y su comercialización, están bien siendo un servicio pago, como cualquier otro trabajo que involucre oferta y demanda, pero para Mia Khalifa no es así.

Continúa conociendo sobre Adriana Chechik.

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