¿Qué es el Spanking?

Spanking

El ‘Spanking’ es una práctica sexual con el potencial de convertirse en parte esencial de la rutina de juegos previos al acto sexual de cualquier pareja. Consiste en dar azotes o palmadas con intención erótica, para estimular a partir del contacto manual con las nalgas y las zonas erógenas del cuerpo.

La práctica se asocia con la dominación y sumisión consensuada entre los participantes, elemento característico del BDSM. En ese sentido, el spanking puede proporcionar una gran sensación de excitación y novedad a la relación, creando un ambiente erotico, además de incrementar la conexión emocional y física entre la pareja.

¿Qué es el ‘Spanking’?

Se trata de una práctica sexual consistente en dar y recibir nalgadas o azotes en las nalgas y otras partes íntimas. Resulta común la mezcla del spanking con diversas fantasías en las cuales se asumen roles sexuales, por ejemplo, juegos de profesor y alumna, en el que se asumen posiciones de dominio y sumisión.

¿Cómo realizar esta práctica sexual de forma segura?

La práctica del spanking puede darse en diversos niveles de intensidad, incluso utilizando diferentes herramientas del BDSM, como el látigo, las correas o el fuete. Para disfrutar al máximo de esta actividad erótica y hacerlo de una forma segura, es importante seguir algunos consejos esenciales:

Establecer límites y acuerdos

En principio, resulta conveniente que los involucrados dediquen un espacio de tiempo a aclarar cuáles deben ser los límites al momento de la práctica. Esto es importante, pues no a todas las personas les gusta recibir azotes y es posible que una nalgada imprevista podría resultar incómoda.

Incorpora accesorios

Aunque se puede utilizar simplemente la mano, también es posible incorporar diversos juguetes sexuales de BDSM como correas, floggers y látigos. Esto dependerá completamente del tipo de fantasia sexual que se busque recrear y el nivel de intensidad deseado por la pareja.

Evita golpes violentos

El spanking no implica hacer daño a la pareja, por lo que es preciso controlar la intensidad de cada azote, incrementando el ‘castigo’ en función del nivel de excitación y la complicidad entre las partes.

Prueba en diversas posturas

La práctica no se limita a una sola postura, realmente se puede practicar otras posiciones como parte de los juegos previos, intercalando con caricias, besos y estimulación oral.

Beneficios del spanking

Tratándose de una práctica consensuada entre adultos que establecen límites claros, es posible disfrutarla y aprovechar algunos beneficios, entre ellos:

  • El trasero es una zona erógena colmada de receptores nerviosos que se activan al momento de azotarla, logrando concentrar el flujo sanguíneo en las nalgas, algo que resulta beneficioso para la excitación.
  • Logra que los músculos liberen la tensión acumulada, algo que puede sentirse muy bien.
  • Al recibir nalgadas y experimentar cierto nivel de dolor durante el acto sexual, el cerebro se encarga de producir endorfinas, un tipo de neurotransmisor encargado de aliviar el dolor y proporcionar sensación de bienestar.
  • Favorece la conexión emocional entre los compañeros, pues implica un alto nivel de complicidad y una comunicación abierta.

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